Entrada 8: ¿Qué podemos hacer para mejorar la calidad de la educación?

La educación es uno de los sectores más importantes de nuestra sociedad, la cual nos permite crecer como individuos portadores de conocimiento. Pero, para que esa evolución sea posible, es necesario que la educación sea de calidad y nos aporte lo básico y lo necesario para nuestro desarrollo personal y social. Por eso, he consultado las 8 directrices integradas en la estrategia Europa 2020, mediante las cuales se pretende fomentar esos aspectos unipersonales que ayuden a mejorar las condiciones de cara a buscar empleo en el futuro:

• Promover la inversión.
• Fomentar el crecimiento mediante la aplicación de reformas estructurales por los Estados miembros.
• Suprimir los principales obstáculos al crecimiento y el empleo sostenible a nivel de la Unión. 
• Mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas y hacerlas más favorables al crecimiento. 
• Impulsar la demanda de empleo.
• Mejorar la oferta de mano de obra, las cualificaciones y las competencias. 
• Mejorar el funcionamiento de los mercados de trabajo. 
• Fomentar la inclusión social, combatir la pobreza y promover la igualdad de oportunidades.

Según estas directrices, y relacionándolas con la educación, podemos determinar que la inversión es siempre un factor clave en la mejora de cualquier sector, ya que, cuanto más dinero se dispone, es posible conseguir y cubrir un mayor número de objetivos. De igual forma, está claro que la demanda en el sector educativo es una de las más grandes, ya que cada año se están formando nuevos profesores, de los cuales sólo unos pocos consiguen un trabajo en el que se les valore moral y económicamente. Por otro lado, la mejora de mano de obra, cualificaciones y competencias no depende íntegramente de los profesores en formación, sino que quienes los contratan exigen unos requisitos mínimos, que a día de hoy muchos cumplen, pero no hay tal cantidad de empleo como para poder contratar a todos, por lo que sería interesante valorar aspectos individuales al mismo tiempo. Y, en último lugar, también es importante introducir en la educación a aquellas personas en situación de inclusión social, pobreza o que no se encuentran en igualdad de oportunidades, ya que todos merecen, por un lado, una educación básica, y por otro, puestos de trabajo donde poder realizarse como personas.

Las Hilanderas o La fábula de Aracne. Velázquez.

Ahora bien, desde mi punto de vista, creo que no todo tiene que ser considerado a nivel europeo, sino a un nivel más local, de modo que las escuelas tomen, en la medida de lo posible, ciertas decisiones que mejoren la calidad en las aulas, lo cual podría repercutir positivamente en niveles superiores. Con esto me refiero a bajar las ratios, ya que, por experiencia propia, creo que siendo menos alumnos en un aula, la clase fluye mucho mejor y es más fácil fomentar en los alumnos cierta autonomía. Y no sólo eso, también es posible ver mejor qué dificultades presentan los alumnos y cómo se pueden solucionar. Pero, algo que me parece aún más importante, es la renovación de los docentes; esto supondría, junto con la bajada de las ratio, no solo prevenir la figura del profesor quemado, sino también puestos de trabajo accesibles para docentes más jóvenes, con ideas frescas, y que puedan emplear nuevas técnicas y tipos de evaluación, saliendo de los métodos más tradicionales y obsoletos. Y, si lo relacionamos con las medidas propuestas más arriba, estaría directamente ligado a la inversión, en este caso, para mejorar la formación de los docentes y así evitar que se queden anticuados.

Por eso, creo que no sólo es importante tomar medidas a nivel europeo, sino también preguntar a los profesores su opinión, crear encuestas, y tener en cuenta las necesidades de tanto profesores como alumnos, para así ser capaces de determinar cuáles son las mejores opciones para perfeccionar el sistema educativo.