Entrada 7: ¿Estudiar en casa o en el colegio?

La descentralización educativa es un tema muy delicado. Muchos pueden pensar que educar en casa podría ser una opción viable si los padres ponen de su parte. Pero parémonos a pensar.

Como digo siempre, todo tiene aspectos positivos y negativos, pero estudiar en casa conlleva varios factores, como competencias y necesidades a las que no todo el mundo puede acceder fácilmente. La escuela se creó con el fin de contribuir al aprendizaje de conocimientos, según la época, más o menos formales. Pero hoy en día, es difícil plantear una sociedad sin escuelas, volviéndo a los métodos de enseñanza precarios que en la antigëdad sólo podía permitirse la élite.

Es cierto, en la escuela no se aprenden otra serie de conocimientos de carácter más práctico enfocados a la convivencia en familia y sociedad, pero eso no quiere decir que se deba descentralizar la educación. La educación no solo recae en las escuelas, sino también en el ámbito familiar y social, y creo que cada uno de ellos enriquece diferentes cosas en las personas. 

A mi parecer, sería impensable una educación 100% en casa, porque no todas las familias cuentan con los recursos para poder formarse ni, en muchísimas ocasiones, con un tiempo físico que invertir en la educación de sus hijos tras una jornada laboral. Si las escuelas ofrecen una formación básica y obligatoria, es porque a lo largo de siglos se ha demostrado que influye positivamente en los alumnos. En casa se puede fomentar otro tipo de educación, como aprender a colaborar o tareas del hogar básicas. Y en la sociedad, se puede aprender sobre relaciones interpersonales y cómo lidiar con situaciones cotidianas, como comprar el pan. Así, podemos ver como ninguno de los 3 tipos de educación debe ser exclusivo, y por lo tanto, la necesidad de todos esos conocimientos no puede recaer en la propia familia.

Además, si nos paramos a pensar, ¿Qué sería de los profesores? No solo perderían su puesto de trabajo, sino que, en el caso de compaginarlo con la educación en casa para sus propios hijos, sería como una segunda jornada laboral, y por lo tanto, la situación sería agotadora e insostenible de cara al futuro.

La Sagrada Familia del pajarito. Murillo.

Por supuesto, cada familia es libre de educar a sus hijos como quiera, y si así lo desean los padres, pueden ampliar conocimientos más formales también en casa, pero, como digo, sin omitir el papel fundamental que ejercen las escuelas, y sin tratar de influir en la decisión de quienes piensan lo contrario. Aún así, creo que la desentralización de los centros escolares no es una idea que muchas familias tengan en la cabeza, pero es un tema importante de tratar también, porque siempre habrá padres que, aunque sean pocos, piensen que ellos porporcionarían una mejor educación a sus propios hijos que un profesional.

Una educación en casa sería posible, y no del todo imposible, pero para ello, los padres de los alumnos deberían tener un conocimiento siempre superior a ellos, lo cuál no garantiza en todos los casos que ese niño o niña esté preparado para el mundo laboral o, por ejemplo, para un grado universitario. Y, además, tal vez no tengan la posibilidad de conseguir los materiales didácticos en que basarse, por lo que habría que facilitar recursos y materiales, y, por consiguiente, invertir

en ese tipo de educación, lo que pondría más difícil aún que los profesores sean económicamente más valorados.