Entrada 6: El nuevo currículo de la ESO en Castilla y León
El grito. Edvard Munch. |
Siempre pasa que todo cambio tiene sus cosas buenas y sus cosas mejorables. Por eso, en esta entrada voy a comentar un poco mi visión acerca del nuevo currículo de la ESO que se ha implantado en Castilla y León el pasado viernes 30 de octubre.
En el momento en que me enteré de que el nuevo currículo iba a estar implantado a modo de competencias, he de decir que me asusté un poco, porque no sabía a qué se refería. Pero me ha sorprendido para bien que el fin de su implantación sea asegurar una formación más común y garantizar la validez de los títulos obtenidos en el resto de España. En ese sentido, parece un alivio.
Este nuevo planteamiento se debe a que hay aspectos que ahora mismo se consideran clave, y al mismo tiempo, se pasa de unos conocimientos de carácter teórico que los alumnos debían memorizar, a la aplicación de esos mismos a la práctica. Esto no solo es positivo porque se pone en funcionamiento lo aprendido, sino porque, así, el alumno aprende a generar cierta autonomía a la hora de aplicar los conocimientos, de modo que se consigue generar una serie de competencias que hasta hoy son escasas.
Ahora, por cada ciclo formativo que se complete, el alumno debe estar provisto de unos conocimientos básicos, además de haber aprendido a integrarlos en otros aspectos formales, o incluso no formales, como el día a día. Además, se puede observar como, aunque la cultura y la tradición siempre es objeto de interés para su preservación en el tiempo, ahora recibe mucha más relevancia, de modo que los estudiantes, no solo sean capaces de conseguir unas competencias básicas para desenvolverse, sino que también el aspecto cultural sea parte de ellos, para no perder todo lo que nos caracteriza.
Por eso, con este nuevo currículo, se puede notar la intención de mantener las competencias básicas que ya formaban parte de nuestro entorno social, como las competencias relacionadas con los aspectos de convivencia y ciudadanía; pero también otras nuevas de carácter más educativo, como la comunicación lingüística, la comunicación plurilingüe o las competencias en ciencias, matemáticas y tecnología, a lo que se suma la utilización de herramientas como las TICs.
Todo esto me lleva a pensar en que los alumnos, si ponen interés en estas nuevas competencias, conseguirán desenvolverse con el mundo y la sociedad futuros, ampliando, no solo el saber, sino también su mente, de forma que se abran a nuevas posibilidades y permitan que la sociedad pueda seguir superándose y mejorando positivamente.
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